jueves, 15 de mayo de 2014

Excusas de mi parte

¡Discúlpeme! Le dije.

Discúlpeme por ternele presente en mis pensamientos
y hacer de usted el centro de mi vida.

Discúlpeme por mirar de reojo a sus ojos
y no sostenerle la mirada.

Discúlpeme por darle la espalda al cruzarnos por el corredor
pero no hallo fuerzas para hacerle frente a la casualidad. 

Discúlpeme por tartamudear en medio de la conversación
y parecer un completo idiota. 

Discúlpeme por pensarle sin pedirle al menos permiso,
y más aún discúlpeme por abusar de usted en mi imaginación.

Pero si supiera tan solo la mitad de lo que he soñado, pensado y querido
me entendería y seguramente sería usted quien pidiera perdón. 

Luises Pérez

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