martes, 18 de enero de 2011

Para vos... para yo


Abrazos

que me lleven de esta vida a la otra

que me hagan sentir el calor de tu alma

que me hagan saber lo es el amor.

Besos

donde sienta el sabor de la alegría

donde lleguen los dioses y las manías

donde sienta que estamos solos los dos.

Momentos

en los cuales sienta el placer de amarte

en los cuales de mi mente no te sales

en los cuales tengamos un solo son.

Infierno y paraíso

para recibir el castigo inmenso

para recibir la redención del cielo

para comer la manzana tu y yo.

Alas

con que volar cada día

con que alcanzar mis alegrías

con que realizar tus sueños.

Suspiros

tiernos silencios llenos de pensamientos

conversaciones sin palabras en el viento

viéndonos a los ojos directamente.

AMOR

sintiendo que te pertenezco

sintiendo que me perteneces

sintiendo lo que sentimos los dos.


Luises Pérez

sábado, 1 de enero de 2011

IV - del sueño de un amigo

Ya no siento nada
Es extraño, todo lo que queda es aquel ‘tilín tilín’
¡grítame vida!
muéstrame que estoy despierta,
de repente lo escucho todo,
la buenaventura aparece en mi esencia maltrecha
Ja! Bonita hora la que escogiste para hablarme de la muerte,
Ya se presento sola, dice que aun va por ti…
Vida.
Norisa Corme

III - del sueño de un amigo

Con el sonido de la gracia,
y el sabor de una campana,
una señal cuelga de los cabellos de mi conciencia,
Ahora lo entiendo
Simplemente me llama a vivir.

Norisa Corme

II - del sueño de un amigo

Ignoro lo que conozco
duermo en el silencio de la suerte ruidosa,
busco la guarida de la calma en las puertas del infierno,
fabrico las respuestas a esas dudas en el lago de las intrigas,
habito el bosque de la inconsciencia,
si, estoy muerto.

Norisa Corme

I - del sueño de un amigo

Aliviaba la muerte el paseo por la villa de la vida,
de la extraña existencia perdida
en los bosques abismales de la ausencia
que rodeaba a la dulce belleza,
La muerte esperaba sentada en la entrada del cielo,
con su perro, justicia, y su señora la hermosa conciencia,
mientras que existir escuchaba los tímidos avisos de aquella suerte incierta
esa suerte sorda, incapaz de permitirnos disfrutar del sonido de la vida.
Volvamos a la realidad, volvamos a la selva citadina
a la guarida de la plaga humana
¿Dónde está eso que buscas?
Oh Humanidad perdida en la impoluta porquería,
pocos son los que saben existir
pocos son los que buscan su esencia en la puerta del entendimiento.


Norisa Corme

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