A ti, que solo deseas
te dejo el cuerpo agarrotado,
maltratado un poco por la vida,
sin embargo con algo de dignidad.
El alma me la quedo,
no es algo que merezcas,
no es algo que aprecies,
el alma me la quedo.
A vos, que deseas cariño,
te dejo el cuerpo y mi compañía,
es algo parecida a la soledad,
es enfrentarte un poco contigo mismo,
pero es una buena compañía.
El alma,
solo necesitas sentir su esencia,
no te hace falta apropiarte de ella,
el alma me la quedo.
A usted, guerrero e insistente,
a usted le dejo el alma pero no el cuerpo.
Solo buscas compañía,
pero algo más que presencial.
En tu caso el cuerpo me lo quedo,
no lo necesitas,
estás satisfecho,
mi cuerpo me lo quedo.
Sin embargo, a vosotros,
parte de un mismo ser,
un ente completo con distintas intenciones
el cuerpo y el alma se los cedo.
Algo merece cada uno,
cada uno tiene algo que quiero,
así, mi cuerpo y mi alma os pertenecen,
ninguno me lo quedo.
Luises Pérez
Viendo el bailar de las hadas en el perturbado cielo, la magia de la locura llego al aposento de la frágil moral, mostrándole al hombre que había llegado la hora de encontrar lo que había perdido… Un blog para leer algunas ideas de personas comunes y corrientes.
martes, 5 de junio de 2012
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